"Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar superado".
Albert Einstein
Vivimos en una época caracterizada por crisis continuas y donde las adversidades son el pan de cada día. Enciendes la televisión y los telediarios se focalizan en noticias negativas o traumáticas: número de infectados y muertos por la COVID, saturación de los centros de asistencia primaria, multinacionales que cierran y despiden a miles de empleados, encarecimiento de servicios básicos como la luz y el gas, subida de la inflación, dificultades para llegar a final de mes, desahucios, etc.
Nos dicen que para superar las adversidades tenemos que ser resilientes. Pero, ¿sabes que es ser una persona resiliente?
En este post vamos a hablar del concepto de Resiliencia y de cómo afrontar situaciones adversas. ¿Quieres descubrir cuáles son los pilares de la resiliencia? Acompáñame en la lectura.
¿Qué es la resiliencia?
La resiliencia proviene del verbo latino resilire que significa saltar hacia atrás, rebotar, volver al estado inicial. Coge un muelle, comprímelo y suéltalo. Este acto de compresión (crisis, adversidad) y descompresión o rebote (superación de la adversidad) es la resiliencia.
Para la Psicología clásica, la resiliencia es la capacidad de recuperación de crisis emocionales. Para la Psicología positiva es la capacidad de recuperación y de crecimiento posterior. Para la Neurociencia es la capacidad para afrontar una situación adversa, superarla y salir fortalecido.
La resiliencia es la habilidad de crecer, madurar e incrementar la competencia de cara a circunstancias adversas de la vida, superarlas y salir de ellas fortalecido e incluso transformado.
K. Gordon, 1996
Según Fraser, Richman y Galinsky (1999), desde un punto de vista laboral, la resiliencia es:
Sobreponerse a las dificultades y tener éxito a pesar de estar expuesto a situaciones de alto riesgo.
Mantener la competencia bajo presión. Es decir, adaptarse con éxito al alto riesgo.
Y recuperarse de un trauma, ajustándose de forma exitosa a los acontecimientos negativos de la vida.
Hay quien piensa que la resiliencia es innata. En realidad, la resiliencia es fruto de una interacción entre lo innato y lo adquirido y va evolucionando a lo largo de toda tu vida. Podemos hablar de diferentes tipos de resiliencia en función del número de personas o del ámbito o rol que desempeñamos en nuestra vida. Así podemos hablar de resiliencia personal o de resiliencia grupal o colectiva. En este segundo caso, abarca la resiliencia familiar, la resiliencia de un departamento o área de una compañía o la resiliencia de una organización o de una sociedad. En base a la existencia de diferentes tipos, podemos definir la resiliencia como la capacidad de una persona o de un grupo de personas de reaccionar y recuperarse de las adversidades a través de un conjunto de cualidades que fomentan un proceso de adaptación exitosa y de transformación, a pesar de los riesgos y de la propia adversidad.
Los pilares de la resiliencia
Una persona tiene una buena capacidad de resiliencia si ésta se sustenta en estas capacidades:
1. Autoestima positiva: Capacidad de quererse a uno mismo y de querer a los demás, de saber que eres valioso, digno, de que eres capaz y de que tú vales la pena y además, afirmarlo. 2. Introspección: Capacidad de preguntarse a sí mismo sobre los propios actos, estados de ánimo o de conciencia y darse una respuesta honesta. Tiene que ver con el Autoconocimiento.
3. Independencia: Capacidad de mantener distancia emocional y física sin caer en el aislamiento. Saber fijar límites entre uno mismo y el entorno problemático. La interdependencia tiene que ver con el nivel de autonomía y de auto-gestión emocional de la persona.
4. Relación: Capacidad de relacionarse, de establecer lazos e intimidad con otros y equilibrar la propia necesidad de afecto con la actitud de brindarse a los demás. Supone comprender y aceptar cómo son los demás, confiar en otros para compartir tus dudas y preocupaciones y desarrollar la empatía.
5. Iniciativa: Capacidad de ponerse a prueba en tareas cada vez más exigentes y cogerle gusto a la exigencia, responsabilizándose y ejerciendo control sobre los problemas.
6. Sentido del humor: Capacidad de encontrar lo cómico en la propia adversidad, alejándose del foco de tensión, relativizando y positivizando los problemas.
7. Creatividad: Capacidad de crear orden, belleza y propósito a partir del caos y el desorden.
8. Moralidad o Ética: Capacidad de comprometerse con valores y extender el deseo personal de bienestar a toda la humanidad.
Los últimos siete conceptos conforman los pilares mientras que el primero, la Autoestima es la base donde se sustentan todos ellos.
Cuida y mantén estos pilares con cariño y tesón. Tendrás una mayor resiliencia y superaras mejor las adversidades de la vida.
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