¿Qué es el autoliderazgo?
El autoliderazgo o dominio personal es la habilidad de liderarnos a nosotros mismos. Se define como la capacidad de influir intencionadamente en nuestros pensamientos, sentimientos y acciones para lograr nuestros objetivos y metas en la vida (Bryant y Kazan, 2012). Yo añadiría además de influir intencionadamente, hacerlo de forma positiva en nuestros pensamientos.
Si tienes un nivel de autoliderazgo bien desarrollado, tienes el control de tu propia vida. Tomas tus propias decisiones de manera independiente y eres capaz de mantener el foco en tus objetivos y metas, lo que aumenta las probabilidades de lograrlos. Conseguir tus objetivos repercute en un mayor bienestar emocional, en tu crecimiento personal, así como en una mayor seguridad y confianza en ti mismo. En una mayor autoestima.
Desarrollar tu autoliderazgo, te permitirá convertirte en el "Capitán" de tu navío, en el "Director General" de tu mayor empresa: tu vida.
Autoliderazgo y resiliencia en tiempos de crisis
En épocas de crisis es cuando la capacidad de autoliderazgo es más importante. Es cuando afrontamos situaciones difíciles, ya sean personales o profesionales, cuando realmente nos ponemos a prueba, cuando debemos aceptar que los cambios forman parte de la vida, cuando sacamos a la luz nuestra capacidad de resiliencia.
La resiliencia es un proceso por el que las personas nos adaptamos a las situaciones difíciles, incluso traumáticas, y nos sobreponemos a las adversidades para seguir adelante, e incluso salir transformados positivamente.
Ante una crisis, podemos hacernos la víctima, quejarnos, lloriquear, culpar a otros o al entorno, afrontando la situación con una actitud negativa. O podemos levantarnos del suelo cada vez que nos caemos y afrontar la adversidad como una oportunidad de crecimiento personal o profesional, con una actitud positiva. Porque superar una adversidad o no superarla, depende principalmente de la actitud que tomemos ante ella.
Debes entender que las crisis y las adversidades personales o profesionales son NORMALES en los seres humanos. Todos vamos a pasar más tarde o más temprano por una adversidad: un despido de tu trabajo o el fracaso de tu negocio, un desengaño amoroso o la defunción de tus abuelos o padres, un accidente o una enfermedad. La actitud que elijas ante esas situaciones, tu capacidad de resiliencia, determinará tu futuro.
La vida es como una montaña rusa, tiene altibajos. La buena noticia es que las caídas son temporales. Las crisis no son eternas.
Muchas veces se recurre como ejemplo de resiliencia a Abraham Lincoln, presidente de los EE.UU. entre 1861 y 1865. Fijaros en su trayectoria hasta que llegó a ser presidente:
Lincoln fracasó en los negocios a los 31 años.
Fue derrotado a los 32 como candidato en unas elecciones.
A los 34 años, volvió a fracasar en los negocios.
Murió la mujer a la que amaba a los 35 años.
A los 36 años, tuvo un colapso nervioso.
Volvió a perder en unas elecciones a los 38 años.
No consiguió ser elegido congresista a los 43 años.
No consiguió ser elegido congresista a los 46 años.
No consiguió ser elegido congresista a los 48 años.
No consiguió ser elegido senador a los 55 años.
A los 56 años, no pudo ser elegido vicepresidente.
A los 58 años, tampoco consiguió ser elegido senador.
Fue elegido presidente de los Estados Unidos a los 60 años.
¿Qué te parece? Casi 30 años de fracasos y adversidades. No desfalleció en el intento. Y al final, triunfó: fue el presidente número 16 de los Estados Unidos y considerado como uno de los héroes más importantes de América, ya que lideró a la Unión durante la Guerra de Secesión, abolió la esclavitud, fortaleció el gobierno federal y modernizó su economía.
En toda crisis siempre hay una oportunidad para crecer
Cada vez que te caigas en tu camino, aprovecha la caída para reflexionar y decidir qué es lo más importante en tu vida. Utiliza la situación para retroalimentarte y toma conciencia de lo que realmente importa, de lo que te motiva, de lo que te apasiona ser y hacer.
John F. Kennedy puso de moda en un discurso que la palabra "Crisis" en chino estaba compuesta por dos ideogramas. El primer ideograma significa peligro o amenaza y el segundo ideograma significa oportunidad.
CRISIS = AMENAZA + OPORTUNIDAD
危机 = 危 + 机
De ahí que mucha gente diga que "en toda crisis podemos encontrar una oportunidad". Y tienen razón. En toda crisis vas a encontrar una oportunidad para crecer, para triunfar, para conseguir una vida plena y con sentido, para encontrar un nuevo trabajo o fundar un nuevo negocio más alineado con tus valores.
Albert Einstein y la crisis
Albert Einstein dio su punto de vista sobre por qué las crisis son buenas:
"No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia, como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis, se supera a sí mismo, sin quedar superado.
Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos.
Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla."
Es en las épocas de crisis que la creatividad y la innovación afloran. Si piensas que puedes, podrás. Tranquilo, como ves, no se suele llegar a tener éxito sin ningún fracaso previo. Si te caes siete veces, levántate ocho. Persevera y consigue tus metas.
Eurípides de Salamina nos decía: "En esta vida hay que morir varias veces para después renacer. Y las crisis, aunque atemorizan, nos sirven para cancelar unas épocas e inaugurar otras."
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